Una pregunta desafiante es la que nos proponía el futurólogo Joe Barker: “¿Qué resultaría imposible hacer en nuestra organización, pero que de hacerlo cambiaría radicalmente lo que nosotros hacemos?” Sin duda es una invitación a innovar, hoy las organizaciones lo tienen que hacer permanentemente. ¿Innovar es un hábito?
El conocimiento es el paradigma teórico, el qué hacer y el por qué. La capacidad es el cómo hacer. Y el deseo es la motivación, el querer hacer o poder hacer. La cultura de una organización se basa en valores comprendidos, compartidos, comprometidos. Los valores son ideas guías y de ellos surgen nuestros hábitos o conductas diarias. Estas conductas diarias hacen que interpretemos a través de la comprensión y percepción de la realidad (sentir), pensemos como pensamos de una manera (pensar) y en consecuencia actuamos (hacer).
Entender la cultura es entender cómo se hacen las cosas y cuáles son nuestros hábitos. Podemos distinguir los siguientes hábitos: 1) Manifiestos - están parametrizados en los manuales. 2) Latentes – están en el plano inconsciente. 3) Rutinas de disimulo – que son nuestros vicios. En estos dos últimos debemos trabajar, conociendo las causas que los generan, podemos suprimirlos, y en general, se manifiestan por la falta de motivación.
Hoy surgen estos desafíos que son verdaderas paradojas organizacionales:
- Cultura todos ponerse igual versus la gente diferente con modelos mentales diferentes, que lleguen a un modelo común
- Eficiencia (supone rutinas) versus innovar (supone romper rutinas)
- La liga de los hábitos supone el ‘cómo’, los objetivos suponen los “para qué” entonces: “¿qué privilegio: el hoy o el mañana?”
Estas paradojas (contradicciones) son pares de opuestos que no tienen solución, la decisión que vaya a tomar dependerá de cada empresa, influirá sus valores compartidos, su cultura y la conducta de sus integrantes en tomar una decisión justa con matices si los hay.
Muchas veces en la vida, debemos optar por varias opciones y entonces estamos sacrificando, o sea matando unas y viviendo otras.
En el mundo de la diversidad uno debe conocer, para saber si algo está bien o mal, si es bueno o malo, si es alegre o triste, si nos brinda gozo o sufrimiento, si sentimos placer o dolor.
Otro gran desafío ante mercados cada vez más exigentes es ”hacer las cosas correctas a la primera vez”, que se percibe como una meta que resulta imposible, significa que solo así me equivocaré menos, de esos errores frecuentemente surge el aprendizaje y la innovación. Podríamos resumir la esencia de la ISO 9000 en las siguientes frases: “Escribo lo que voy a hacer”; “Hago lo que escribí”; “Verifico que lo que hice con lo que escribí que iba a hacer”; “Actúo, corrijo” y “enfoco siempre al cliente”.
En resumen, ya no alcanza con hacer las cosas posibles, sino que tenemos que innovar desde lo imposible. El marketing 3.0 está presente en el input y output de todos los sistemas de gestión de calidad de las organizaciones, sin embargo la comunicación fluye en todos los procesos para garantizar el éxito de las organizaciones. El marketing y la calidad son dos caras de la misma moneda que tienen como propósito común la satisfacción de los requerimientos del cliente y la comunidad. Es interesante conocer que existen millones de personas que se motivan intentando hacer las cosas en forma excelente.
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